abrí los ojos
y el día estaba cerca
no tardé más de una duda en levantarme
mientras se enfría el café con leche
y las calles se pueblan me dispongo
a salir con las armas cotidianas
a entregarme a los brazos de la inercia
a mirar la calle desde el palco
a prestar atención a los cretinos
a volver a volver a repetirme
a comer de dos a dos y media
a sentir la pulsión del tiempo en fuga
a mirar el reloj de contrabando
a llenarme de cuentas regresivas
para salir a libertad y cinco
y entonces sí desandar la tarde
cambiar las calles por otras menos grises
bajar las ramblas, acercarme al puerto
y antes de que oscurezca irme a casa
la otra soledad, la otra nada
y regresar a donde estoy sentado
con el amor y con el día a cuestas
y la sospecha de estar en la huella
que no es mía porque otros la han pisado
con dos dedos de agua en las alforjas
y para colmo con rumbo equivocado
¿será mucho más largo el camino
para llegar hasta dónde te amo?